Señalizaciones
El Camino de Santiago es una ruta bien señalizada, de tal manera que el peregrino sólo debe dejarse llevar, seguir la flecha amarilla y disfrutar de lo que va
descubriendo en el trayecto. La señalización es dispar pero no deja lugar a dudas del itinerario a seguir.
Credencial del peregrino
La credencial es un documento oficial que acredita e identifica al peregrino. En ella figuran sus datos personales, mapas del Camino de Santiago y casillas en las que se van plasmando los sellos de los lugares por donde se pasa y la fecha. Este documento es imprescindible para alojarse en albergues públicos y conseguir la Compostela, pero no concede ningún otro derecho a su portador.
La credencial tiene un precio aproximado de 1€ y se obtiene en los albergues, en la Colegiata de Orreaga/Roncesvalles, en el Arzobispado de Pamplona, en las asociaciones de Amigos del Camino de Santiago y en cofradías o refugios en los que haya delegado la iglesia de Santiago.
Es un documento del Cabildo Catedralicio de Santiago que certifica haber realizado la peregrinación a Santiago de Compostela. Está escrita en latín. Para conseguirla, hay que mostrar la credencial debidamente sellada y haber realizado un mínimo de 100 kilómetros a pie o a caballo; o 200 kilómetros en bicicleta.
Los estudiantes de cualquier universidad del mundo que realicen el Camino de Santiago pueden certificar su peregrinación sellando sus credenciales en las universidades europeas jacobeas. La Acreditación Jacobea Universitaria incluye dos documentos:
El menú del peregrino está compuesto, generalmente, por dos platos, pan y postre a un precio más asequible, a veces limitado a unos horarios concretos. Los restaurantes no están obligados a ofrecer este tipo de menú. Para poder degustarlo es imprescindible acreditar la condición de peregrino (a pie, en bici, a caballo) mediante la credencial.
Peregrino
A la hora de plantearse recorrer el Camino de Santiago, conviene prepararse para evitar imprevistos. A continuación, se ofrecen una serie de consejos básicos que hay que tener en cuenta antes de emprender la peregrinación.
La peregrinación caminando puede realizarla cualquier persona, siempre y cuando tenga en cuenta sus posibilidades físicas. Es muy recomendable prepararse antes de iniciar el viaje haciendo caminatas cortas e ir alargándolas progresivamente. Una vez iniciado el Camino, es importante dosificar el esfuerzo y evitar el agotamiento. Cada uno debe encontrar su límite y adecuar el ritmo a su preparación.
Conviene preparar un plan de etapas, teniendo en cuenta que lo habitual es caminar unos 25 ó 30 kilómetros cada día. Es preferible programar etapas cortas al principio para que el cuerpo se vaya habituando. Conviene incluir algún día de descanso que puede hacer coincidir con los lugares que más le interese visitar. Es aconsejable comunicar a personas cercanas sus planes y fechas para estar localizable en caso de una urgencia.
Una duda habitual es decidir desde dónde empezar el camino francés. Es necesario recordar que la etapa de St. Jean de Pied de Port a Orreaga/Roncesvalles es la más dura de todas, no tanto por la distancia como por el fuerte desnivel, superior a los mil metros. Así pues, para los más preparados merece la pena atravesar los Pirineos e iniciar el camino en el bello pueblo del País Vasco francés. Para el resto, es aconsejable empezar la ruta de forma más suave desde Orreaga/Roncesvalles.
El verano garantiza buen tiempo, pero también es la época más concurrida y puede haber problemas de alojamiento. Durante el invierno, de octubre a marzo, se corre el riesgo de encontrar lluvia e incluso nieve. Septiembre y mayo son meses idóneos por el agradable clima y la menor concentración de peregrinos. Si procede de climas más fríos, recuerde que es importante una adaptación progresiva al sol.
Se recomienda tomar alimentos ricos en hidratos de carbono: pan, cereales, mermeladas, embutidos, pasta, arroz, patatas, galletas, barritas energéticas, frutas y frutos secos. Es preferible aumentar el número de comidas de la jornada con menor ingesta de alimentos cada vez. Si se camina por la mañana, el desayuno ha de ser contundente, pero si la marcha se realiza por la tarde, es preferible comer de forma ligera dos horas antes de empezar. Durante el trayecto, fruta fresca y frutos secos proporcionan la energía necesaria para cubrir el trayecto.
Además, es imprescindible ingerir muchos líquidos, preferiblemente no muy fríos, para evitar la deshidratación. No hay que esperar a tener sed, ya que este síntoma aparece cuando el cuerpo ha empezado a deshidratarse. Si hace mucho calor, se recomienda añadir sal al agua, e incluso media cucharadita de bicarbonato. Atención a las fuentes, arroyos y regatas del camino. Es importante asegurarse de que el agua es potable antes de beber.
La ropa debe ser ligera, transpirante, no ceñida, aislante y de fácil lavado y secado. Llevar la indumentaria imprescindible (tres camisetas, dos pantalones y tres mudas de ropa interior y calcetines). No olvide el sombrero o la gorra, las gafas de sol y un impermeable o una capa.
El calzado deberá ser ligero, de horma ancha, con amortiguación, confortable, transpirable, que proteja los tobillos de posibles torceduras y permita caminar por terrenos irregulares. Si es nuevo se aconseja andar dos o tres tramos de 10 a 15 km. antes de iniciar el Camino. Se recomienda usar calcetines de algodón, acolchados y transpirables que protejan los pies de rozaduras y ampollas. Al finalizar la marcha calzarse unas chancletas o deportivas cómodas. Si se ha mojado el calzado durante la etapa, se puede secar fácilmente metiendo hojas de periódico. Si la operación se repite tres veces, el papel absorberá la humedad y dejará las deportivas listas para el día siguiente.
La mochila debe adecuarse al peso y tamaño del peregrino, ser ligera, anatómica y con anclajes en cintura y pecho. Es importante tener en cuenta que, una vez llena, no debe superar 10% del peso del peregrino, con un máximo de 9 kilos. Una buena idea para tener la ropa ordenada, evitar los olores e impedir que se moje si llueve, es forrar su interior con una bolsa grande de basura y guardar la ropa en pequeñas bolsas de plástico. Los objetos más pesados y voluminosos deben colocarse en vertical y cercanos a la espalda. Un peso inadecuado puede acarrear dolencias en la espalda y en los pies. Las guías, cámaras de fotos y demás objetos de uso frecuente, deben ponerse a mano para no tener que descargar la mochila.
Es muy importante llevar consigo ciertos medicamentos para combatir las dolencias más comunes (catarro, dolor de cabeza o estómago, picaduras, ampollas…). Tijeras, aguja e hilo para curar las ampollas, crema solar de protección alta, crema para dolencias musculares, ibuprofeno, tiritas y crema relajante para los pies.
Le sugerimos algunos: jabón de trozo para lavar la ropa, abrelatas, cuchara y cuchillo, linterna, imperdibles o pinzas para colgar la ropa, tapones para los oídos, papel higiénico, toalla y hombreras para evitar roces de los tirantes de la mochila. Llevar cazuelas y sartenes es un error, pero lo que no podrá olvidar es el saco de dormir y una esterilla, pues algunos albergues ofrecen plazas en el suelo. Para quienes vayan en bicicleta, es indispensable un candado, un casco y ropa ajustada. Los bastones ayudan a descargar peso y protegen las articulaciones de tobillos y rodillas.
Es responsabilidad de todos mantener la limpieza del camino utilizando los contenedores y los servicios higiénicos que se encuentran a lo largo del camino o bien en las poblaciones jacobeas. Nunca se debe dejar calzado ni ropa en el recorrido.
Protéjase del sol con crema de protección alta. Conviene madrugar para evitar las horas de más calor. En caso de agotamiento por las altas temperaturas, localice un lugar fresco para descansar y beba líquido; un litro de agua con una cucharadita de sal y media de bicarbonato le ayudará a reponer fuerzas.
Cuando camine por la carretera, siempre hágalo por el arcén izquierdo, de frente a la circulación. No conviene caminar de noche, pero si lo hace, no olvide usar reflectantes.
Caminar con una posición correcta le ayudará a prevenir dolencias musculares. Cabeza erguida, espalda recta, vientre plano, balanceo libre de brazos y… ¡buen camino peregrino!